Mucho más que un huerto


Naturalmente sostenible


En las últimas décadas hemos tomado conciencia de la importancia de proteger, restaurar y promover el uso sostenible de las praderas y los bosques, de combatir la desertificación, de invertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad.

Todos los procesos productivos implican un coste ambiental, pero en el caso de los alimentos, los impactos ambientales más graves se producen precisamente en la fase en la que estos se producen. Por eso una agricultura y ganadería sostenibles son claves para dar respuesta a desafíos esenciales de nuestro tiempo como el del cambio climático.

Una alimentación sostenible, de base agroecológica donde se valore y priorice el consumo de productos locales, que favorezcan la economía del medio rural y que generen servicios ecosistémicos relevantes puede contribuir directamente a mitigar el cambio climático.

Guara.bio quiere contribuir con una ganadería y agricultura ecológicas. Quiere ser un dinamizador económico y cultural que dote a este entorno de un nuevo medio de vida vinculado al turismo y a estas actividades en la naturaleza.

También quiere preservar la memoria de este territorio salvaguardando este patrimonio natural y cultural, material e inmaterial.

Como ves, nuestro proyecto es mucho más que un huerto.


Huertos y frutales ecológicos

Hemos puesto en cultivo parcelas abandonadas con una gestión sostenible y orientada a la producción de vegetales de calidad diferenciada con certificación ecológica


Ecológicos y de temporada

Toda nuestra producción, certificada ecológica por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica, se comercializa bajo la marca Guara.Bio.

Al ser cultivos de clima frío, el periodo de producción máxima se inicia tardíamente y tiene lugar entre los meses de verano y octubre. Por este motivo, cunado en otros lugares los frutos ya están agotados, en nuestras tierras asistimos a la recolección de las primicias, las primeras cosechas de tomates, judías, acelgas, lechugas, cebollas y calabacines.

Todos nuestros cultivos son de especies bien adaptadas al clima y al terreno. Muchas de ellas son además variedades autóctonas. Por eso encontrarás aquí rarezas extraordinariamente suculentas como el calabacín blanco de Panzano, la calabaza de Rabíqué, el bróquil pellao, el tomate Rosa de Rañin, la judía caparrona de Lecina, la judía verdeña de Bárcabo o la guija de Antonio Escartín.

Hemos creado en nuestra finca un punto de venta porque dinamizar los circuitos cortos de comercialización también es sostenible pero sobre todo porque estas maravillas verdes no las podrás encontrar en ningún otro lugar del mundo.


Razas autóctonas, animales en libertad

En los montes de Lúsera, ricos pastos naturales, el pastoreo de terneras y vacas pardas de montaña se realiza de manera controlada.

Aquí podemos criar a nuestros animales en libertad, alimentándolos de forma natural y dándoles el tiempo que necesitan para crecer y convertirse en un alimento de verdad y saludable.


Razas autóctonas para proteger la biodiversidad

Las razas ganaderas son un elemento destacado de la biodiversidad. Sin embargo, la expansión de sistemas ganaderos intensivos, manejados bajo condiciones controladas, ha fomentado la difusión por todo el planeta de un reducido grupo de razas, altamente especializadas y seleccionadas, que han desplazado a las autóctonas, aquellas adaptadas localmente, cuya conservación está amenazada.

Recientes estudios demuestran que, cuando se trata de usos ganaderos extensivos y sostenibles con razas autóctonas, la ganadería podría ser una actividad favorable para mantener la biodiversidad silvestre y ayudar a configurar paisajes más heterogéneos y complejos.

Por eso solo criamos vacas pardas de montaña, una raza autóctona adaptada a los ambientes locales y que presenta una mayor rusticidad que las razas “de moda”.

Desbrozamos pastos abandonados para nuestra cabaña extensiva

Estos montes solo pueden ser aprovechados por rumiantes en pastoreo; no sirven para producir alimentos para la población humana y por tanto, no compiten con ella. Además, aquí el ganado puede optimizar su alimentación aprovechando sotobosques, frutos silvestres y formaciones arbustivas.

En las últimas décadas nos hemos dado cuenta de que la gestión sostenible de los pastos es esencial para mitigar el cambio climático. Una programación adecuada de su uso definiendo la carga ganadera óptima en cada momento, los periodos de pastoreo y descanso, son fundamentales para adoptar una estrategia a largo plazo.

Una parte de la biomasa que consume nuestro ganado y no puede ser digerida por el animal, retornará al suelo en forma de heces y nutrientes disponibles para las plantas. Los rumiantes contribuyen así a la fertilidad del suelo.

Frente a la ganadería industrial concentrada e intensiva, nuestro modelo ganadero, extensivo y de pastoreo, con densidades adecuadas, es la mejor alternativa y ofrece al consumidor la oportunidad de elegir a partir de procesos más respetuosos con la naturaleza y con un impacto positivo en la mitigación del cambio climático.

Está demostrado que un pastoreo equilibrado secuestra más carbono que el sobrepasoreo o la ausencia de él. El ganado en libertad es también una eficaz herramienta en la prevención de incendios forestales, pues consume materia seca muy combustible.

Mientras que la ganadería industrial consume alimentos preparados como piensos y cereales producidos en tierras cultivables que compiten con la producción de alimentos para las personas, nuestras vacas se alimentan de recursos locales de base territorial (pastos, bosques, barbechos…); frente a una granja industrial que no proporciona servicios ecosistémicos relevantes, sino que los perjudica (contaminación por fertilizantes, pesticidas y purines…) nuestro modelo ganadero contribuye al mantenimiento de hábitats, a la conservación de la biodiversidad y a la transferencia de fertilidad al suelo. Si en una granja en régimen intensivo los animales viven estabulados, nuestro ganado goza de libertad de movimiento total.

Nuestro ganado practica la trashumancia, un movimiento estacional para aprovechar los recursos de manera óptima en función de la época del año y el clima. La itinerancia de los rebaños supone un importante ahorro en piensos. Tampoco es nada desdeñable la producción de abono útil y natural que se distribuye de manera eficiente por el territorio, lo que supone un ahorro considerable en fertilizantes. Las vías pecuarias además, constituyen auténticos corredores naturales que favorecen la comunicación entre los espacios protegidos, y con ella, la migración y el intercambio genético entre poblaciones de especies amenazadas. El ganado disfruta de dos primaveras y dos otoños, se desplaza por su propio pie, se alimenta durante todo el año con pasto natural, vive de acuerdo a sus ciclos naturales, y por tanto, mejor, y todo esto repercute en la calidad de su carne.


Preservar la memoria, conservar sus huellas

Salvaguardando este patrimonio natural y cultural, material e inmaterial, contribuimos a mantener viva la memoria de este territorio


Nuestro trabajo ha comenzado con la limpieza y recuperación del patrimonio urbano de Lúsera: calles impracticables y muros de piedra invadidos por las zarzas y la maleza se han despejado y vuelven a ser transitables. La inteligente morfología urbana y su cuidado emplazamiento para hacer frente al duro clima en condiciones de autosubsistencia, explican que estas construcciones abandonadas a su suerte hace décadas, hayan llegado a nuestros días en condiciones prácticamente inalteradas.

De la mano de las personas que impulsan el proyecto Guara.Bio, habitantes de la Sierra, se ha recuperado parcialmente la memoria de todo lo que estas actividades llevaban también implícito: todo un sistema de hábitos, creencias, usos y conocimientos campesinos y pastoriles, todo un patrimonio inmaterial, en definitiva, inherente a la identidad de este lugar y que forma parte de su memoria colectiva.


Guara.Bio te interesa

Si te gustan el mundo rural, la agricultura ecológica, la naturaleza y los alimentos ecológicos, en Guara.Bio tienes un proyecto de salud, turismo y sostenibilidad