
El invierno toca a su fin
Durante el invierno hemos convivido de cerca con las vacas, incluso hemos tenido que llevarles forraje vadeando más de un palmo de nieve. Ahora están cuidadas por los pastores en algunos establos y pastos en las fincas de Gerbe (Sobrarbe) y Pomar de Cinca (Cinca Medio).
Aprovechamos esta época del año en la que todo parece estar en letargo, para desbrozar, para adecuar las zonas de cultivo y las zonas de paso para el tránsito del ganado, arreglando cercados y paredes de piedra. También trabajamos con los árboles haciendo acopio de leña, varas, utensilios de trabajo, además de estacas y algunos sencillos materiales de construcción.
El huerto ya está limpio. Ya hemos sembrado y han comenzado a nacer las primeras plantas de ajo.
Todo está listo para que empecemos a trabajar en la nueva campaña que hemos planificado durante todo el invierno.








Cambios que anuncian la primavera
Es ahora cuando brotan las primeras flores, heraldos de la primavera, anunciándonos su cercanía y mostrándonos un mensaje: ya se acaba el tiempo de dormir, hay que reactivar la marcha.
Un poco más adelante se dejarán oír algunas voces en estos aparentemente deshabitados lugares, frases como: “Ya canta o cucullo”, ó “Ya están aquí as voletas” que sentenciarán la llegada definitiva de esta estación primaveral.
Y eso es lo que vamos a hacer, seguir la marcha, pero sin volvernos locos, haciendo las cosas bien y con tiempo.
En muchas ocasiones, el inicio de esta época nada tiene que ver con la fecha marcada en nuestro calendario: para la vida silvestre no es primavera cuando llega el 21 de marzo, sino cuando brotan las flores, los arbustos, los árboles y la hierba, cuando vienen cierto tipo de aves, añadiéndose a otros animales y peces que parecían escondidos y ahora se dejan ver, oler y oír, por no hablar de la multitud de insectos e innumerables hongos que resucitan. ¡Qué buenas noticias! A no mucho tardar y con las lluvias tempranas, a su hora, recolectaremos deliciosas setas como el “muchardón”.
Si eres un fino observador, verás también que aumentan los caudales de los ríos y deja de verse la nieve de forma permanente en las zonas de media altura. Y, evidentemente, conforme la luz se hace más presente cada día que pasa, el ambiente se va templando con una agradable temperatura.
Pero no todo son buenas noticias: en breve comenzará un fenómeno de inestabilidad climática llamado por estas zonas de montaña “matacrabas”, típico de esta estación y de estos parajes.




Las primeras flores
La “primavera” o la “teta de craba” se despiertan ya junto a los cauces más hondos de los ríos y barranco. Pero según subimos junto con el ganado, van apareciendo y acompañándonos la “mielca”, la “abeza”, la “tefla” o el “fallahuesos”. Al coronar los pastos más altos aparecen como un suspiro hierbas como “el regaliz” o “la flor de nieve”, plantas con las cuales los pastores anhelan convivir ya que son indicadoras de bonanza, gordura para el ganado y poco “campar” de los animales que se quedan hartos.








No hay tiempo que perder
Es el momento de ir actuando de acuerdo con una estricta agenda que a nadie espera.
Miramos al cielo porque dependemos del sol, colaboramos con la luna y tenemos en cuenta las estrellas. El clima nos tiene a su merced, limitándonos en algunos momentos o ayudándonos en ciertas fases. Nuestro entorno nos brinda espacios concretos donde trabajar en cada momento.
Si aprendemos a relacionarnos con todo esto, cuidándolo, respetándolo y amándolo tendremos a nuestro servicio un lugar que nos darán más de lo que necesitamos, porque él tampoco carecerá de nada.
Solo necesitamos entendimiento, constancia y un poco de arte para trabajar ya que nuestro fin es un producto arte-sano. Y esta es nuestra marca de identidad.
La naturaleza nos habla y nos va a ayudar a intuir el camino por el que hemos de andar