Todo cobra vida

Con la llegada del buen tiempo, y con los días más largos que nos acercan al verano, vemos en nuestros campos y huertos un verdor especial, las primeras fresas silvestres, y recibimos la visita de amigos como el lagarto ocelado.

Las vacas disfrutan de los pastos de Lúsera antes de subirlas a la sierra. Os mostramos aquí dos de los árboles centenarios que tenemos en el pueblo, testigos de las andaduras de las vacas y de la despoblación de esta zona. Son un acero con unas formas espectaculares, y el viejo quejigo de Lúsera.

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